• • • Por favor no me sueltes toda tu persona en modo avalancha.

• • • Con pasi贸n y coleta se form贸 esta p贸lvora que hace estallar los barriles de ideas viejas.

• • • ¿De qu茅 recortable para ni帽os ha salido esa alazana?

• • • La que tiene talento puede construir Nueva York con granos de mostaza.

• • • Si la mides de popa a proa te sale el transiberiano.

• • • La perseverancia convirti贸 ese grano de pulpa en una cesta de naranjas.




• • • Ella seguir谩 pedaleando cuando caigan las m谩scaras y el circo est茅 en llamas.

• • • Nunca enfriar谩s un volc谩n con un cubito de hielo.

• • • Tambi茅n los pitag贸ricos trataron de ocultar los n煤meros irracionales.

• • • Qu茅 solo de viol铆n su presencia.

• • • Ante esa chica dime un solo iceberg que no haya perdido la personalidad.

• • • ¿No quer茅is que circule por la v铆a equivocada, o lo que os molesta de verdad es que derrape?



• • • Nunca vi un vestuario tan variado como el de la camaleona.

• • • Blanca es la hoguera cuando arde con copos de fuego.

• • • Te presento a Victoria, la del sol azul y el mar amarillo.

• • • La br煤jula siempre apunta hacia el im谩n.

• • • Cuando el sol impacta con ella cu谩ntos charcos de luz.

• • • Todos la visteis antes, pero yo tengo el bol铆grafo.





• • • Donde ella sucede no hay tierra extranjera.

• • • Por m谩s que huya siempre le alcanzan los colores.

• • • La reconoc铆 al primer segundo porque siempre la tuve en la punta de la lengua.

• • • Solo se idealiza a la que ya era el oc茅ano.

• • • Abeja con car谩cter elige su colmena.

• • • Pensando en ella el atardecer me dura muchos d铆as.


Vicoheart


OS HABLAR脡 de la chica peonza: se nota que se ha tragado m谩s de un tibur贸n blanco por su costumbre de beber los vasos de agua a sorbos muy peque帽os; lo digo porque tiene las u帽as cortantes, de tan pintadas de invierno, como forjadas con la aleta de destrozar cristales. A ella hay que amarla de lejos, como se ama a las estrellas o a los cometas que tajan de amarillo el cielo nocturno: si te acercas demasiado, podr铆an nacerte dientes en la espalda. Fueron tantos los hombres que se despe帽aron por tratar de subir a su cima con la ayuda de logaritmos; fueron tantos los que fracasaron por medirla con el cartab贸n universal de las otras mujeres... A ella solo se acercan los seres con chupete que se saben de memoria la balada de la infancia: a ella se llega con el coraz贸n descalzo o de ninguna manera.


• • • A m铆 no me culp茅is que no fui yo quien la dej贸 suelta.

• • • En la era fragmentaria encontr茅 esa luna completa.

• • • Si te gusta un trozo del mundo ya te gusta el mundo.

• • • A ella la recuerdo hasta cuando mi memoria se queda sin bater铆a.

• • • Es verla y ya quiero tirar mis muletas.

• • • Nunca me quejar茅 de un mundo en el que ella est谩 pasando.


Por qu茅 la carrera termin贸 hace cinco horas y Victoria todav铆a no ha llegado


NI SIQUIERA atendi贸 al pistoletazo de salida: mientras los corredores part铆an raudos hacia delante, ella se hizo despacio un mo帽o y se zambull贸 dentro con las dos manos. A la hora del primer avituallamiento estaba comiendo moras; cuando lleg贸 el segundo estaba jugando con los ni帽os; en el tercero les hac铆a pulseras de flores. “Se帽orita, la carrera es por all铆”, le dijo alguien, pero ella se quit贸 el dorsal y se lo puso con cari帽o a un perro labrador, que ya no se apart贸 de su lado. Cuando son贸 por megafon铆a “todos los corredores que lleguen a meta recibir谩n una estatuilla del escultor Rebello”, ella estaba recostada sobre la hierba, leyendo su manual de Epicteto, con esa paz de los peces inclasificables que lograron escapar de las enciclopedias.




 

Vicocuento de la mujer que se convirti贸 en un cohete espacial


DE MAYOR quer铆a ser un cohete espacial, dijo, y todos sus compa帽eros se rieron. “Querr谩s decir astronauta”, le corrigi贸 el profesor. “No, cohete espacial”, repiti贸 ella con firmeza, y las risas se multiplicaron. Pero ella no cej贸: con las mofas hizo queroseno; con los “imposible” de los maestros construy贸 el fuselaje; con sus ganas de ampliarse form贸 las dos aletas; y con su creatividad de ni帽a incomprendida consigui贸 redondear la ojiva. Un d铆a bautiz贸 “VICTORIA” a su nave maravillosa y despeg贸 tan potente, y con un sonido tan estruendoso, que desde entonces ya no le alcanzan las voces de abajo, que insisten desde el suelo: “¡Nunca podr谩 ser un cohete espacial! ¡No se puede! ¡No se puede!”.



• • • A su lado hasta las estrellas tienen pellejo.

• • • Existe una chica que me causa sordera a las dem谩s.

• • • Escribo para que nunca se termine.

• • • La voz de una mujer distinta no se crea con la garganta.

• • • Ella me cambia las flores de mi jarr贸n todos los d铆as.

• • • Qu茅 importa que el mundo est茅 cerrado si ella no baja su persiana.



 


 


• • • La que cultiva su propio jard铆n no envidia ni a los de Versalles.

• • • ...como polillas se acercan a la mujer que desprende luz.

• • • Todos los sem谩foros se ponen en verde cuando a una mujer le llega su momento.

• • • De esa chica me gustan sus n煤meros y tambi茅n sus decimales.

• • • No quiere ser puerta la que vale para ventana.

• • • Solo las que aman la nieve y el fuego pueden ser a la vez tiernas y feroces.


 


 

Vicovictory


NACI脫 CULEBRA pero maullaba; creci贸 gataza pero con alas de lechuza; como no coincid铆a con las mujeres standard los viejos druidas se reunieron, agitaron su marmita, sali贸 el or谩culo, “pobre del que se fije en la belleza de la pantera y no en sus garras”. As铆 vivi贸 oscura y sin saberse hasta que rompi贸 su 煤ltima capa de vulnerable: aprendi贸 a boxear y mir贸 al cielo; buscaba por todas partes el flequillo de las nubes, la melena de las tormentas: quer铆a poner el punto exacto sobre la jota maravillosa. Un d铆a se sinti贸 preparada: entonces licenci贸 a su colibr铆 y sali贸 de la cueva poderosa, due帽a de todas sus flechas, cada una de ellas untada de Victoria.


 


 

Vicofire


NO ES igual la luz que procede del fuego que la de los fluorescentes a diez euros de las tiendas iguales de nuestras ciudades siempre iguales. Mujer lo puede ser cualquiera, pero gran mujer solo puede ser la que es mala: la que salta el muro, la que levanta la voz, la que dice no, la que besa a la serpiente, la que asusta tanto a los hombres que yo les he o铆do decir, hablando de Miss Vico: "Para talar un 谩rbol como ella no existen hachas en el mercado". Esta mujer se invent贸 su luz con las propias manos, frotando piedras, una a una, hasta lograr la chispa y moldear la llama, y por eso su brillo no es el de las bombillas: es el de las hogueras. Ella no brilla porque luce: brilla porque arde.


 


 


• • • Sexy es la que deja tu cerebro en modo parpadeo.

• • • Si te gusta el agua te voy a presentar a una catarata.

• • • Las mujeres que viven entre leonas crecen mejor que las que viven entre v铆boras.

• • • Disculpadme si coloco m谩s alta a la que ya era el Aconcagua.

• • • Olv铆date de volar con ella porque no hay alas de su talla en el mercado.

• • • Canta mejor la cigarra que ensaya como una hormiga.



 


 

Vicosed


CUERDA NO EST脕, os lo aseguro, pero tiene una aver铆a de las m谩s bonitas que he visto, de un rojo tan travieso que imagino que lo suyo le habr谩 costado encontrarlo: parece como un ave migratoria que se hubiera salido adrede de la perfecta uve que sus compa帽eras dibujan en el cielo. A veces, cuando pienso en ella, me acuerdo de aquellas cabras que los griegos llamaban quimeras. Pero sea su locura de trigo o de diente de le贸n, tampoco pens茅is que es una mujer gota a gota, sino una mujer catarata, y quiz谩 sea su secreto esa Victoria desencadenada, ¿pues sab茅is lo que es triste, yo que soy perito en la tristeza? Hay tantas personas que teniendo las alas grandes les faltan las ganas de volar; y tantas gentes que teniendo agua de sobra les faltan las ganas de beber, que me fascina el rel谩mpago alegre de esta mujer que tiene alas, y agua, y sed, y ganas.


 

 



• • • Todos los trocitos que me gustaron de muchas personas distintas est谩n reunidos en ella.

• • • A esa mujer me la he le铆do ya cien veces como la primera vez.

• • • Est谩 de un rojo intenso cada vez que viste de azul.

• • • Ella no tiene sin贸nimos ni sin贸nimas.

• • • La que crece hace crecer.

• • • A qui茅n habr谩 robado su traductor de quiero a puedo.